Deporte, pandemia e intereses presidenciales

Es conocida la expresión “Pan y circo” que se usaba en la antigua Roma para satisfacer a la plebe a base de la gratiudad del trigo y los espectáculos, principalmente teatro, circo y carreras. Por ello, recurrían a este sistema políticos de la época republicana con intereses electorales o emperadores en momentos de importantes carencias de popularidad. Pero relatar las conexiones históricas entre la política y el deporte necesitaríamos de varios confinamientos. Así que vamos a centrarnos en los intereses actuales de los mandatarios para que el deporte vuelva cuanto antes a los terrenos de juego.

Cordero y Ñopo (2018) relatan varios estudios de cómo en Estados Unidos afectan los resultados deportivos ante unas elcciones. Así, el partido en el poder consigue mayor intención de voto si el equipo local ha vencido en el último enfrentamiento deportivo. De manera que puede conseguir acrecentar hasta en tres puntos los resultados electorales.

También, los mismo autores destacan la influencia de los resultados deportivos en la popularidad de los manadatarios entre los más jóvenes. Pues si su universidad ganaba la final universitaria el apoyo al presidente, entonces Barack Obama, subía el 11 % y en la universidad que perdía caía el 10 %. Estos datos no son desconocidos por los actuales políticos, que en muchos casos viven más pendientes de las encuestas diarias que de políticas de largo recorrido.

Por ejemplo, en contra de la opinión de la UEFA, en Francia se decidió el 28 de abril que la temporada 2019-2020 de la  Ligue 1 quedaba cancelada, de manera que se proclamaba campeón al Paris Saint-Germain. Al contrario que la liga alemana, que se reanudó el 16 de mayo. En principio, la vuelta de los alemanes al fútbol no debería ser motivo de preocupación en Francia, pero no es así. En los últimos días, desde el Gobierno francés se presionó al ministro de interior alemán, Horst Seehofer, para que no reiniciara la Bundesliga (RAC1, 2020). ¿Cuál puede ser la preocupación del presidente Emmanuel Macron ante el inicio de la liga alemana? Antes de contestar, sigamos con otro caso.

En Estados Unidos el deporte rezuma nacionalismo por los cuatro costados. Es habitual que antes de importantes partidos algún famoso interprete el himno nacional rodeado de banderas y miembros del ejército en el terreno de juego. Cascales y Sánchez (2008)  llegaron a afirmar que en los Estados Unidos “el único modo de desvincular el juego del béisbol de la política es la abolición del propio béisbol” (p. 106). También los autores pusieron el ejemplo que después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el entonces presidente George W. Bush envió una carta con el lema “we will not forget” para que fuera leída antes de los partidos de la Major League Baseball. Es bien conocida la controversia que generó el enfrentamiento del presidente Donald Trump con la actitud del jugador fútbol americano Colin Kaepernick, de los San Francisco 49ers, cuando en 2016 se arrodilló al sonar el himno nacional como protesta por la situación de los afroamericanos en el país. Lo cual motivó que fuera despedido y a día de hoy todavía ningún equipo se haya atrevido a ficharle.

El actual presidente Donald Trump emite constantes mensajes de que quiere que se restablezcan las competiciones cuanto antes o que no posterguen sus inicios de temporada, en especial las cuatro grandes ligas (béisbol, fútbol americano, hockey sobre hielo y baloncesto). Ha afirmado que está cansado de ver partidos de béisbol de hace catorce años, o no escatima esfuerzos para presionar directamente a los comisarios de las ligas para que las reanuden cuanto antes.

Como se ha mencionado en una anterior entrada en este ciclo de artículos sobre el deporte y el COVID-19, el peso económico del deporte es muy importante, pero hay algo más que simples balances económicos. En los Estados Unidos hay elecciones presidenciales el próximo mes de noviembre. Si recordamos las teorías de Cordero y Ñopo sobre la influencia del deporte en unas elecciones o en la valoración de un presidente, podemos entender el interés de Donald Trump de que se celebren con las ligas en pleno rendimiento. En un ambiente tan nacionalista como son los estadios deportivos norteamericanos, para un presidente que su lema es Make America Great Again o America First, afrontar unas elecciones presidenciales sin su concurso puede significar un descenso importante en el número de votos.

En el mismo sentido se entiende la llamada de Macron a Alemania para evitar que la Bundesliga vuelva este mes de mayo. A pesar de no tener elecciones durante este año, la popularidad de su presidencia puede verse afectada, y a los presidentes de su estilo eso les produce una significativa urticaria.

Jorge Illa Boris
Docente a Tiempo Completo de las asignaturas Deporte y política, Globalización: enfoque cultural y económico e Historia Contemporánea
Coautor del libro: La inevitable globalización

 

Referencias

Cascales, A. & Sánchez, J. (2008). Olimpiadas y choque de culturas. Sevilla: Secretariado de publicaciones Universidad de Sevilla.

Cordero, J. & Ñopo, H. (2018). La fórmula del gol. Secretos numéricos del deporte rey. Lima: Aguilar.

RAC1 (8 de mayo 2020). Tu Diràs. Recuperado de https://www.rac1.cat/a-la-carta/tu-diras [Consulta: 10 de mayo 2020]